jueves, 17 de marzo de 2016

Pienso que perdí el camino

El aire es fresco, sol de invierno que calienta el cuerpo. Es una imagen cautivadora, a un lado el paisaje se expande en valles y crestas, al otro, abundancia arbórea. Árboles de un verde brillante. 


De repente atrae mi atención…señal seductora de rojo naranja y blanco brillante, que me llama, cola de zorra, me saluda con su gracia al moverla. La sigo y me lleva dentro del bosque, la veo danzar en su caminar. Pienso que perdí el camino y en un instante me doy cuenta que en realidad lo encontré.

Elizabeth Cu

Como una niña descubriendo el mundo

Que bosque más tupido y hermoso. Esta vivo. Huele a musgo, hongos y animales silvestres. Esta muy oscuro, pero aquí está de nuevo,  ¡puedo ver su cola! Estaba esperando que vuelva. ¡Aquí esta!

Me siento atraída, me quiero acercar, muy sigilosamente, no hacer ruido, no espantarlo... Siento mucha curiosidad, como una niña descubriendo el mundo que le rodea, explorando todo alrededor como si fuera la primera vez.

Ya no siento mas cansancio, ni miedo....Me siento una, conectada, quito mis zapatos, me encanta esta sensación debajo de mis pies, me da cosquillas, siento como acaricias, ¡que dulzura! Un rayo de sol entra en el bosque, me acaricia el cabello, la mejilla, me abraza.

Me detengo, me relajo y simplemente ESTOY.

Eva Jean

Me veía bonita


Era un bosque de altos árboles, de arbustos musgosos, era un bosque inmenso. Yo caminaba contenta, en el bello paisaje casi tarareando. Había mucha soledad en el bosque pero mucha tranquilidad. 

Miraba hacia arriba y veía como el sol se asomaba entre las ramas altas de los arboles. Yo seguía con curiosidad un estrecho camino. Me veía descansada, me veía feliz, me veía bonita. 
El aire era muy limpio y fresco. Había mucha luz aún caminando en la sombra. Casi al final del camino una zorra apareció mirándome y corrió, era joven y muy perfecta.

Naiomy Escobar

A través de ese bosque

La zorra corrió un poco al sentirse perseguida, pero luego se detenía y volteaba hacia nosotros, como queriendo que la siguiéramos a través de ese bosque.

Era juguetona: nos llevaba por campos de flores, al lado de lagos y ríos, hasta que al final llegamos a la base de una montaña grande -no, grande no, inmensa- que parecía vernos desde lo alto y nos invitaba a escalarla o incluso a entrar en ella a penetrar sus misterios.

A lo alto de la montaña había un cielo grisáceo con muchas nubes en su punta. Parecía temible, pero más que nada, era fuerza y misterio lo que transmitía.

Shraddha Ishaya

Quería sacar la rabia

La zorra estaba agazapada, escondida detrás de un árbol.  

Hacía días que sentía que algo se había apoderado de ella y cada vez que entraba en contacto con otro ser sentía unos deseos inmensos de morderlo, de acabar con él, tomarlo entre sus garras y sus dientes y destrozarlo.  Ahora estaba esperando a que estas dos personas llegaran hasta el árbol para saltar encima de ellas y destazarlas.  

Quería sacar la rabia que literalmente se había apoderado de ella un tiempo atrás.  Cuánto más duraría este estado, no lo sabía, quizá hasta el momento en que alguien más fuerte que ella se defendiera.  Lo único que sabía era que pondría todo su esfuerzo en sobrevivir y lo mismo harían sus contrincantes. 

La naturaleza no premia ni castiga a nadie, solo los más fuertes prevalecen.

Tania Díaz Belaunzaran

miércoles, 16 de marzo de 2016

Casa del árbol

Mi casita del árbol, en realidad es de todos los niños de la cuadra, es un árbol que nos presta sus ramas torcidas para darnos refugio.

Lo hemos cubierto con tantas y pedazos de madera que encontrábamos en el monte. Es nuestra base, nuestro centro de juegos, disfrutamos de cada espacio que creamos con nuestra imaginación, a veces es una casa, a veces es un barco, a veces es un avión. La magia ocurre realmente debajo de ese árbol. 

Me gusta acostarme en mi casita del árbol, ver los rayos del sol entrar y ver las hojas bailar. 

Me siento segura aquí, este es mi hogar. 

Me siento igual, mi casita del árbol SOY YO.


Karla Felicia Pérez
Mi bicicleta:


Para la Fiesta de los 3 Reyes Magos pedí una bicicleta. Pero la añorada fecha de enero 6 no  llega aún y a sólo unos días descubro la bici escondida en el armario de mi hermano mayor. Busco algo en su cuarto y veo un bulto tapado por una sábana. Levanto la sabana sin tener idea de lo que voy a encontrar. Miro de arriba hacia abajo. Memorizo cada detalle de lo que encuentro. Voy donde mi madre que prepara la cena. La abrazo a su cintura por detrás y enganchada de ella le cuento que quiero una bicicleta azul turquesa, que tenga el asiento estampado de rosas y con flecos en el manubrio. Tal cual es la que apenas vi escondida. Mi madre sonríe con complicidad admitiendo con su sonrisa que entiende. Me toma de la mano y juntas sacamos la bici de su escondite. Descubro así que los Reyes son mis propios padres y feliz salgo a correr mi nueva bici hasta la hora de la cena.

Solmari
Leescribir es un método de desbloqueo que parte de la certeza de que un muy alto porcentaje de personas sabemos escribir a partir de 5o. año de primaria y en algunos casos, antes. Sólo que no nos permitimos hacerlo por varias razones. Una de ellas es porque creemos que, al menos que seamos escritores, estudiosos de la literatura o poetas, no tenemos permitido escribir.

La verdad es que nada ni nadie nos lo impide si no somos nosotros mismos. Es cierto que la escritura sirve para hacer literatura o poesía, pero sirve también para muchas otras cosas. Por ejemplo: Para comunicarnos. Con los otros y con nosotros mismos. Para organizar nuestro pensamiento, para decir lo que pensamos y hasta para ponernos de acuerdo. 

También sirve para escribir ciencia, tecnología, teología, filosofía. Para escribir cartas o para redactar proyectos. En fin, la escritura está presente a lo largo de toda nuestra vida. 

Este método se trata de ejercicios especialmente diseñados para desbloquear procesos creativos a través de la escritura. Para conectar el lapicero o el teclado a nuestro pensamiento, y, finalmente, para escribir fluidamente nuestro pensamiento original. 

Hay un poco más de 45 ejercicios muy sencillos que se valen de no más de cinco instrucciones o menos para dirigirse con claridad a cada uno de los posibles bloqueos que enfrentamos. 

Otro de los bloqueos generalizados es el de comenzar a corregirnos antes de escribir o el de no corregirnos en lo absoluto. Este método enseña que son momentos separados el de escritura y el de corrección y revisión, pero nunca el de corrección puede anteceder al de escritura pues de ese modo, la mayoría de la gente, aunque tiene cosas muy interesantes que decir, termina no escribiendo nada. 

En Leescribir pensamos que el mundo sería mucho más habitable si eleváramos el número de personas que escriben de forma regular como práctica cotidiana.